Por su parte, la portavoz del Partido Popular de la localidad, Susana Mozo, calificó esta medida de "indignante" y añadió que "es vergonzoso que el alcalde de Fuenlabrada pase por encima de la voluntad de una gran parte de los vecinos que se han opuesto firmemente a la demolición de esta cruz y que permita que se borre de un plumazo una parte importantísima de la historia de nuestro municipio".
Asimismo, la portavoz popular indicó que su Grupo hará llegar al alcalde fuenlabreño su "más enérgico rechazo" ante esta medida y añadió que seguirá dando apoyo a las familias de las personas cuyo recuerdo se hacía patente a través de esa cruz.
La cruz constituía el último vestigio que quedaba en Fuenlabrada de la época franquista y la Guerra Civil Española. Fuentes del Ayuntamiento confirmaron que todas las calles que hacían alusión a la dictadura cambiaron de nombre hace años a excepción de una, la plaza del General Barrón, que se incorporó más tarde a las modificaciones pasando a denominarse plaza de los Cuatro Caños. El Ayuntamiento había manifestado hace ya un año la necesidad de retirar la cruz de la iglesia parroquial fuenlabreña.
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